Nueva York – Cenizas volcánicas

abril 21st, 2010 by Jesus Lau

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Amanecí en un hotel a la orilla de una carretera, en Texas, cerca del aeropuerto de Houston, sin maleta y con un día más de retraso en mi retorno a México.  El alojamiento fue cortesía de Continental Airlines, por la descompostura de su avión de Nueva York. Ayer en la tarde, documenté mi maleta, esperé un rato en la sala y abordé puntualmente, tomé mi asiento, uno de fila de en medio, que a mi no me gusta, porque no puedo levantarme a mi antojo.  Me acomodé, y mandé un mensaje a mi familia, de que ya salía de regreso, que por favor fueran a recogerme a las 23:30horas.  Pasaron los minutos y el avión no despegaba, cuando al rato nos dijeron que el avión tenía un desperfecto.  Transcurrió más tiempo, y la sobrecargo dio otro anuncio, diciendo que estaban esperando unos mecánicos, que no sabía cuando tardarían en llegar.  Una hora más tarde, nos anunció que si teníamos conexiones, saliéramos del avión al mostrador de servicio, para que nos reprogramaran el viaje.

Paso por Houston. Como mi conexión a Houston-Veracruz era de sólo 50 minutos, yo estaba definitivamente en esa situación, salí, pero la cola de personas esperando cambios era bastante larga.  Pasé como otros 50 minutos esperando, cuando nos anunciaron que el avión ya había sido reparado y regresamos a él.  Volví a subirme y afortunadamente, la nave despegó sin problema y arribé a Houston cerca de las diez de la noche, donde nos dieron un vale para hotel, y otro para comida, más el nuevo pase de abordar, pero a la Ciudad de México, no directo a Veracruz como estaba reservado.  Bueno, no había problema, el objetivo era regresar, así que ya poco importaba por qué ruta.

Cenizas volcánicas. Los planes de viaje no siempre salen como uno los desea, para mí, yo estaba programado para amanecer hoy en Europa, concretamente en La Haya, Holanda, pero debido al volcán de Islandia, el Eyjafjallajökull, mi salida, el sábado pasado, de Nueva York a dicho destino fue cancelada.  Originalmente viajé el miércoles pasado a Nueva York, y al día siguiente me enteré que dicho volcán había vomitado cenizas que afectaban los vuelos del Oeste europeo, incluyendo Ámsterdam.  Ese día me dije, bueno para cuando yo vuele el sábado las cenizas habrán caído a tierra, pero no fue así, la tierra siguió con su malestar estomacal.  El sábado decidí esperar un día más para ver si abrían los cielos al tráfico aéreo, pero no fue así, por lo que traté infructuosamente de conseguir vuelo de regreso a México para el lunes.  Continental Airlines me daba la opción de que si deseaba hacerlo tenía que pagar $500 dólares, pero si lo hacía el martes sería gratuito.  Opté por la gratuidad y pagar una noche más de hotel, lo que además me permitiría participar en las reuniones vía Skype – Teleconferencia – que se organizaron de emergencia en IFLA.  Mi objetivo del viaje a los Países Bajos era atender la reunión de la Junta de Gobierno, el Comité Ejecutivo y otras, sin embargo, como muchos de los miembros tuvieron problemas de vuelo por el volcán, se tuvieron que organizar sesiones de teleconferencia para tratar los asuntos tratables y que eran urgentes. Tuve una reunión maratónica de tres horas, con las consabidas interrupciones de la tecnología el lunes y el martes tuve una de dos horas, con colegas, unos estaban en el propio Estados Unidos, otros en África y Europa.  La reunión principal se decidió que se reprogramaba para mayo.

Springer – Vera del Hudson. Vine a Nueva York, para atender una reunión del Consejo Latinoamericano de Springer, la segunda reunión de este grupo, y que ahora integra colegas de Brasil, Chile, Colombia, y Puerto Rico, México tenía la mayor presencia, su grupo era el más grande.  El evento fue un aprendizaje mutuo de lo que hacen los repertorios informativos de esta empresa y las necesidades y expectativas que tenemos como usuarios de ellos.  Nos hospedaron en Nueva Jersey, en el Lincoln Harbor, con una estupenda vista de Manhattan, justo frente al llamado “Midtown” y del lado derecho el “Lowtown”, donde los rascacielos son un intrincado macollo, que surgen del ras de la isla.  Los anfitriones ofrecieron una cena de bienvenida, cuando la mayoría había arribado, algunos con vuelos casi tras-atlánticos.

Cena en el Empire State. Al día siguiente tuvimos un día completo de presentaciones y de sesiones de grupos de discusión, con la que se retroalimentaba a los facilitadores.  Comimos en el mismo hotel, para continuar después con sesiones vespertinas y finalizar en el día con una cena cruzando el  Río Hudson, que divide Nueva Jersey de Nueva York, el traslado fue en autobús y el destino un restaurante en el vigésimo piso de un edificio de la Quinta Avenida, con una imponente vista de los rascacielos, donde centralmente estaba el famoso Empire State Building, conforme cayó la tarde, el escenario se volvió más espectacular, por las luces que delinean con mayor suavidad los contornos de la ciudad.  Después, para los que tenían energía, hubo una parada en un centro nocturno de música latina, principalmente salsa, merengue y bachata.  Me quedé una hora y media y justo a la media noche, me regresé con otros colegas, de lo contrario al día siguiente no hubiera podido funcionar mentalmente.

Recorrido por la ciudad. El tercer día, y último, tuvimos sesiones toda la mañana, concluyendo con una buena retroalimentación y una gran camaradería entre todos los asistentes.  Comimos en el hotel, y luego nos llevaron en autobús a realizar un recorrido por Nueva York, al llegar cambiamos a un bus tipo londinense, de doble cabina “Double Decker”.  El clima no estaba a nuestro favor, hacía frío y con el aire que corría se sentía más baja la temperatura.  Varios permanecimos en la cubierta, desafiando la temperatura, con tal de tomar unas buenas fotos de esta enorme ciudad.  Recorrimos muchos recovecos turísticos clásicos, como Broadway, Times Square, Madison Square Garden, la Quinta Avenida, parte del Parque Central y la zona de las torres gemelas, donde sólo se ven excavaciones y ni huella de los dos rascacielos que otrora fueran símbolo de esta parte de la ciudad.  En mi caso tuve la oportunidad de visitarlas por primera vez en 1976, cuando era estudiante y luego en 1998, por ahí en mis álbumes del pasado hay fotos.

Museo de Arte Moderno (MOMA). Tomé muchas fotos, quizá demasiadas, algunas las había tomado ya un día antes de la reunión, porque llegué un día temprano, con el objetivo de visitar la ciudad.  El miércoles, víspera de la reunión, visité varias áreas, pero principalmente el Museo de Arte Moderno, MOMA, el cual es uno de los mejores del mundo.  Tiene cinco pisos, a los cuales les dediqué más de tres horas, para ver tanto sus colecciones temporales como las permanentes.  El MOMA tiene una política que no tienen la mayoría de los museos, éste permite tomar fotos con toda libertad, siempre y cuando no se use flash.  Así que tomé fotos de cuadros de Rivera, Orozco, y Frida Kahlo algo que en mi propio país nunca he podido hacer.  Me di el lujo de pedirle a otros visitantes que me tomaran fotos con algunos de sus cuadros.  Igualmente, tomé de otros grandes nombres de la plástica contemporánea.

Desnudos vivientes. Entre las exposiciones temporales sobresalía una viviente, donde casi todo el piso quinto estaba dedicado a ella.  Consistía en una combinación de multimedia, películas, objetos, y modelos humanos vivos y desnudos.  Había, por ejemplo, una pareja joven desnuda, parados frente a frente, sin nada de ropas, que se miraban a los ojos y el público podía pasar entre ellos, rozando sus cuerpos, claro con la vigilancia de un guardia, me imagino que para que nadie se sobrepasara.  También estaba una dama completamente en traje de Eva, acostada en una especie de banca, abrazando un esqueleto, donde uno podía admirarla desde cualquier ángulo de su humanidad, que mostraba sin inhibición.

Conclusiones.  La vista a Nueva York salpicada por las cenizas del volcán islandés, afectó mi estancia, al hacerla más larga y costosa en esta ciudad, ya que tuve que pagar más noches de hotel.  Sin embargo, fue una oportunidad extra para conocer más los rincones y atractivos de esta gran manzana, como le apodan a Nueva York.  En estos días extras, trabajaba por las mañanas en el hotel y en las tardes me salía a dar la vuelta, en una de ellas me fui a Macy´s y recorrer con toda calma sus múltiples pisos de mercancía.  Otra salida la dedique paraver el musical “El Fantasma de la Ópera”, una pieza magnífica, a la cual asistí comprando uno de esos boletos con descuento del mismo día en Times Square.  Ahora parto de regreso a México desde Houston, donde pasé una noche en la planicie, en medio, parece, de la nada, que circunda esta ciudad texana.