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Me llevaron en una camioneta negra, conducida por uno de los funcionarios de las bibliotecas de la Universidad de Texas en Austin, Gregory Perrin, a un suburbio bastante cercano a la zona centro de la ciudad, atravesamos un arroyo seco, pero bordeado de vegetación, y entramos a un suburbio boscoso y de grandes casas, para buscar la de la familia Long-Lozano. La construcción, un palacete con columnas neoclásicas y un corredor para autos en el jardín frontal, con árboles grandes a los lados, asemejaba una casa de las plantaciones de algodón que se construían en el Estados Unidos agrícola del siglo XIX. Al llegar ya nos esperaban los señores Joe y Teresa Lozano Long, para mostrarnos su casa. Entramos e inmediatamente nos ofrecieron una bebida, pero no hubo tiempo de sentarse, el Señor Long nos empezó a mostrar su colección de obras plásticas del periodo impresionista y postimpresionista. Comenzamos por una de las esquinas de la amplia sala, para mostrarnos piezas pictóricas, que muchos museos desearían tener en sus galerías. Entre los grandes nombres de Matisse, Van Gogh, Rivera, Gauguin, Delacroix.
La mansión parece haber sido diseñada para lucir la extensa colección de pinturas, porque creo que hay más salas de estar que recámaras. Recorrimos además varios pasillos, una recámara y otra gran estancia en un subterráneo cubierto con buen gusto de cuadros, ricamente enmarcados, que asemejaban el estilo de distribución de mansiones europeas. El cuarto de ejercicios también tenía pinturas originales, pero lo más impactante, que posiblemente ningún museo del mundo tiene, cuando menos los que he visitado, es que en dos de los baños había dibujos originales de Picasso, uno acompañado de un cuadro del famoso pintor noruego Edvard Munch.
He estado en el Museo de Picasso en Málaga, ciudad de origen de este pintor, y en el de Paris, urbe donde produjo muchas de sus obras, pero ambos no tienen decorados los sanitarios con obras de él, menos los grandes museos como el Metropolitano, la Tate Gallery, el Louvre, o el Prado. El baño, ese lugar que se frecuenta más que otros espacios de una casa, raras veces llega a tener el privilegio de decorar sus paredes con pinturas, si acaso uno que otro cuadro de menor rango, siempre inferior que el de las salas, pero aquí era toda una excepción Había un tercer baño que tenía pinturas de otros autores, en el cual le sugerí al Señor Long pusiera su tercer dibujo de Picasso, para completar el trío de privilegiados retretes con obras de esta envergadura al frente. Para mí fue la mayor impresión, el entrar a dos baños con tales distinciones visuales.
El objetivo de la visita fue conocer la colección plástica, pero había, en cada lado de las salas, y recámaras, ventanales especialmente diseñados para tener contraluz natural y lucir una riquísima colección de jade chino de distintas tonalidades, tamaños y formas; donde había esculturas de flores, paisajes, figuras humanas, formas de pájaros, tigres, dragones, vasos, loza y todo tipo de figurines. También, aunque en menor medida, había esculturas modelo de Botero, Rodin, Zúñiga y de otros artistas, entre ellas un desnudo femenino grande, reposando con la sombra sesgada de los árboles, en el centro del jardín lateral, con una excelente perspectiva desde la sala, y otros ventanales, los cuales eran casi de techo a piso, enmarcados con cortinajes pesados, estilo francés, y muebles de estar con tapicería combinada y techos con grandes candelabros de cristal.
La pareja, ya jubilada, de los Señores Long tiene una fuerte presencia filantrópica en Austin. Su fortuna amasada a través de la banca, ya que fueron dueños de uno de los bancos de la ciudad, la han dedicado al desarrollo de la comunidad, y se han vuelto mecenas en áreas de la salud, la educación y la cultura. En la rama educativa, ellos son los patronos del internacionalmente conocido Institute for Latin American Studies de UT Austin, que lleva el nombre de Doña Teresa Lozano Long (LILLAS), igualmente en el sector educativo el Centro para las Artes de Austin lleva el nombre de los dos, The Long Center for the Performing Arts pero abreviándolo como el Long Center, ubicado a la vera sur del lago Lady Bird frente al centro financiero de Austin.
Fue un honor conocerlos en una cena la noche anterior, gracias a la invitación del Vice Provost y Director de Bibliotecas de UT Austin, Fred Heath, donde surgió la conversación sobre arte, y recibir de manera espontánea la invitación para ir al día siguiente a su casa, sin mayor protocolo, algo que parece distinguir a los Long. Este viaje a Austin definitivamente quedará marcado por el recuerdo del privilegio de conocer su extensa colección pictórica, quizá unas 200 obras expuestas, y recibir una amplia explicación de su propio dueño, quien recuerda detalles de la vida de los pintores, los momentos en que realizaron la obra en su posesión y el contenido informativo de las mismas. Y, la mayor experiencia fue haber visto sus dos sanitarios decorados con cuadros de dibujos originales de Picasso, y por qué no, también por la del célebre noruego Edvard Munch, aunque espero que un día pongan su tercer Picasso en el otro baño faltante, así se convertiría plenamente en la mansión de los “Picassos en el baño”.
