B. Definición del problema

1) Antecedentes

El proyecto de investigación nació como parte del Programa de Información BiV para Docentes (PID), organizado por las dos secretarías de la Universidad Veracruzana, la Académica y la de Administración y Finanzas, a través de la Dirección de Recursos Humanos y la Dirección General de Bibliotecas, operado por medio de la Coordinación de la Biblioteca Virtual (BiV), cuya responsabilidad descansó en el coordinador de este proyecto de investigación en el año de 2007. PID tenía como objetivo general introducir a los docentes de tiempo completo de la Universidad Veracruzana en la incorporación de estrategias de aprendizaje para fomentar el uso de información, principalmente de la Biblioteca Virtual UV (BiV). A través de este programa se identificó la oportunidad de realizar un estudio de esta naturaleza que determinara la demanda y las competencias informativas de los docentes

2) Caracterización de demanda informativa

El estudio tiene como objetivo caracterizar, es decir describir el tipo de demanda informativa que tienen los maestros y el uso de estrategias educativas, para incluir trabajos escritos o ensayos en sus cursos, los cuales son considerados como la técnica pedagógica más completa, para fomentar las competencias informativas para el aprendizaje en las distintas áreas de conocimiento, aunque originalmente se pretendía estudiar las mismos programas de estudios en cada universidad, pero éstas difieren en que no siempre ofrecen las mismas carreras. El estudio tiene igualmente como meta identificar las causales que influyen positivamente en la demanda informativa, sin embargo excluye explicar porqué no usan información, ya que las variables exógenas y endógenas son muchas, y que serían difíciles de incluir en una sola encuesta (Véase Cuadro 1 y 2). La demanda informativa por parte de los académicos puede ser el resultado del tipo de administración académica que se tenga del modelo educativo de cada institución, es decir si incluye la motivación, supervisión y el reconocimiento de los resultados de aprendizaje que logra el maestro en sus alumnos, sin embargo dicho factor tampoco se incluye, aunque se pretende analizar literatura que haya al respecto cuando se realice la interpretación de los resultados.

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La generación, transmisión y distribución social del conocimiento es una tarea que asumen las universidades como parte de su misión institucional, donde los procesos de aprendizaje de los alumnos son el eje de todas sus actividades. Dichos procesos son facilitados, como en toda organización educativa, por sus docentes o académicos, quienes son los actores principales de este engranaje. La apropiación de conocimiento por los académicos y sus alumnos depende, en buena medida, de las competencias informativas que tengan los primeros, es decir de su capacidad de usar, digerir y comunicar medios informativos, donde se registra y transporta el conocimiento. El proyecto multi-institucional de investigación que coordina el equipo de investigadores de la Facultad de Filosofía de la UV señala atinadamente que:
“Uno de los lugares comunes más socorridos al preguntarnos por las raíces de los fortísimos rezagos educativos, sociales y económicos en México es la debilidad del tejido de la investigación científica. Desafortunadamente, ni las políticas públicas ni el trabajo de los diversos grupos de académicos en las Universidades han sido capaces de ofrecer soluciones satisfactorias a ese problema, nuevamente por múltiples factores: falta de recursos materiales y humanos, una educación básica endeble, un fuerte desinterés social por “la ciencia”, etc. (Hernanz, 2006).

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Las habilidades informativas son las competencias básicas que todo académico debe tener para insertarse o entender procesos de investigación científica y cumplir con mayor efectividad su papel de facilitador del conocimiento dentro del modelo educativo que tenga su institución y su estilo pedagógico personal.

3) Información: insumo vital del aprendizaje

Entender el papel de la información en los procesos de aprendizaje implica analizar la importancia del desarrollo de habilidades informativas en la educación superior, estudiándolas desde el punto de vista de las teorías educativas más relevantes, la necesidad de dichas competencias y la necesidad de contar con estrategias prácticas de aprendizaje informativo. Para entender con claridad los conceptos básicos de los procesos de aprendizaje, es conveniente definir algunos términos. El concepto más importante a analizar es el verbo aprender, el cual se asume, en este documento, como “…la adquisición y la modificación de conocimientos, habilidades, estrategias, creencias, actitudes y conductas, según lo define Schunk (1997).” Aprendizaje, por otro lado, se toma con la acepción de efecto de dicho proceso y se interpreta como un cambio perdurable, que se produce en la conducta o en la capacidad de un individuo, gracias a la práctica u otras formas de experiencia (Shuell, 1986). Ambos términos son sinónimos de procesos, entre los cuales hay factores importantes, que influyen en el éxito de los mismos, entre ellos la memoria, la motivación, la transferencia o aplicación de conocimientos y la información; concepto, este último, sobre el que gira este documento. El aprendizaje en el ser humano, así mismo, puede darse en diferentes escenarios, uno de ellos es en la educación formal, a la cual se enfoca este análisis.

a) Proceso educativo
El proceso educativo puede lograrse bajo diferentes esquemas pedagógicos, tales como los orientados a la enseñanza o el aprendizaje. Los modelos centrados en el aprendizaje generalmente están sustentados en teorías conductuales y cognoscitivas, denominadas de tipo constructivista (Aznar, 1999; Stripling, 1999). Las primeras enfatizan el aprendizaje como la formación de asociaciones entre estímulos y respuestas. Las segundas, las cognoscitivas, se orientan a la adquisición de conocimientos y estructuras mentales, y al procesamiento de información y creencias. Las teorías cognoscitivas están basadas en “…el procesamiento mental de información: su adquisición, organización, codificación, repaso, almacenamiento y recuperación de la memoria y el olvido (Schunk, 1997).” En esta documento, se hace énfasis en ambas teorías ya que están enfocadas a desarrollar habilidades de aprender a aprender, permitiendo una formación con capacidad de aprendizaje para toda la vida, una competencia indispensable en nuestros días dentro de los perfiles de egreso universitario. La educación orientada al aprendizaje responde a formar el tipo de profesional que requiere la sociedad actual: un sujeto capaz de adaptarse al cambio multidisciplinar, social y económico a través del auto-aprendizaje. Por otro lado, las teorías cognoscitivas al basarse en los procesos informativos requieren especialmente, por consecuencia, de buena información, para llevarse a la práctica con éxito, donde los servicios bibliotecarios son el andamiaje necesario para proveerlos.

b) Concepto de información
La información, insumo vital para el éxito de los procesos de aprendizaje, es definida por Debons (1988) como la percepción de un dato o datos a través de la estimulación de alguno de nuestros sentidos. En otras palabras, un individuo adquiere información cuando está consciente de los datos pertenecientes a algún evento. El proceso cognitivo, lo asume dicho autor, como un sistema de información, compuesto de cinco elementos a) un mundo de eventos, y la b) adquisición, c) proceso, d) utilización y e) transferencia de los datos que genera tal evento. La conceptualización del sistema de información de Debons es de tipo conductual y cognitivista, por lo tanto relevante para los procesos educativos orientados al aprendizaje. La información es, en otras palabras, un insumo indispensable para los procesos educativos, ya que transmite los datos que describen un hecho o fenómeno relevante para los estudiantes y los profesores (facilitadores) en sus procesos de construcción del conocimiento. La información puede presentarse en diferentes tipos de registros, tales como datos, sonido, imagen, palabras, objetos o signos; y es encapsulada en diferentes formatos, tales como libros, revistas y bases de datos, entre otros. Igualmente, se transmite por diferentes medios, como lo es el papel, los soportes electrónicos o el contenido oral que proporciona el docente y cualquier mensaje, que pueda recibir un individuo del medio que le rodea a través de sus cinco sentidos.

c) Proceso de aprendizaje
El proceso de aprendizaje depende consecuentemente de la calidad y la cantidad de información que tengan los actores de este proceso. Aquellos docentes con buena información sobre su tema de competencia, tendrán mayor posibilidad de lograr éxito en su rol de gestores del proceso de aprendizaje. Los alumnos, en forma similar, tendrán mayor éxito en construir el conocimiento que requieren, según sea la calidad y la cantidad de información que tengan a su disposición. La información por sí misma no determina el éxito educativo de los aprendedores, se requieren de otros factores adicionales para que el proceso se realice, entre ellos, a) la capacidad de inteligencia, b) la memoria, c) la motivación para aprender y la d) capacidad para transferir o aplicar el conocimiento en nuevas formas, con nuevos contenidos o en situaciones distintas a aquellas en que fue adquirido por parte de los aprendedores (Schunk, 1997)”. El docente, en este proceso, tiene la función principal de crear las estrategias de aprendizaje y las condiciones motivacionales en el aula, para facilitar la construcción del conocimiento, el desarrollo de las competencias y los valores necesarios en la formación del aprendedor. Para esta tarea, el docente requiere de habilidades de comunicación y administración del proceso de aprendizaje, así como el apoyo de servicios académicos, como los de a) bibliotecas, en su papel de proveedoras de registros del conocimiento, b) laboratorios, para la experimentación de las ideas y c) redes de cómputo, con su sinergia tecnológica para el acceso y procesamiento de datos e información; amén de la infraestructura física y estructura organizacional de una universidad.

d) Competencias profesionales
La sociedad actual tiene varios retos para formar los profesionistas que requiere para su desarrollo, entre ellos están la demanda de egresados con creatividad, capacidad de comunicación oral y escrita, auto-administración, sentido crítico y sobre todo, como ya se mencionó, habilidades de aprender durante toda su vida, entre otras competencias. Según un estudio realizado por un equipo de investigación encabezado por Evers Et al (1998) través de varios años, en distintas universidades canadienses y norteamericanas; los alumnos, maestros y los empleadores identificaron cuatro grandes competencias: a) administración personal, b) comunicación, c) manejo de personal y tareas e, d) innovación y cambio. Dichas competencias integraban varios sub-componentes, los que se integraron de una lista de 18 habilidades, dentro las cuales las competencias b) y d) integraban habilidades informacionales. El perfil profesional, descrito por tal estudio, refleja bien el reto profesional de la sociedad contemporánea: un egresado holístico y capaz de operar en una economía del conocimiento globalizada.

e) Necesidad de modelos educativos constructivistas
Si la sociedad actual requiere tales competencias en sus egresados, independientemente de la latitud geográfica donde se encuentren, las universidades necesitan adoptar, repitiendo, procesos pedagógicos de tipo constructivista, como los cognoscitivos / conductuales, para que el estudiante construya su conocimiento por medio de la experimentación, el análisis, la investigación y la práctica de los conceptos que discuta en los espacios áulicos. El sistema universitario mexicano tiene el reto de cambiar la educación centrada en la enseñanza a una orientada al aprendizaje, si desea formar los egresados que demanda el engranaje socio-económico del país, el cual no difiere mucho de las naciones estudiadas por el equipo de Evers (1998). Los cambios inter, multi y trans-disciplinares; la búsqueda constante de eficiencia y efectividad de las empresas y las organizaciones mexicanas y el desarrollo acelerado en la generación del conocimiento hacen que los métodos tradicionales de enseñanza sean obsoletos. La formación de egresados basada únicamente en el desempeño central del maestro, que funge como la fuente de conocimientos y conduce a sus estudiantes a través de su cátedra discursiva a la memorización de la información; impide que se tengan egresados con capacidad de aprender por si mismos, ya que no desarrollan la habilidad inquisitiva, ni la curiosidad intelectual, para mantenerse actualizados intelectualmente a lo largo de su vida.

f) Analogía de modelos
El proceso educativo de muchas universidades es el orientado a la enseñanza, donde el maestro es la fuente principal de conocimientos, se asemeja a un partido de fútbol, donde el juego lo realiza el docente, con la atención pasiva de sus estudiantes. Dicho proceso es autocrático, dirigido y de poco crecimiento para los alumnos. En cambio, en los procesos orientados al aprendizaje, el partido de fútbol lo juegan los alumnos, bajo la guía del docente, que actúa como gestor democrático del proceso. En este esquema pedagógico, el alumno tiene mayor responsabilidad y mayor libertad para allegarse los conocimientos que le sean relevantes, de acuerdo a sus objetivos y los de la materia. Igualmente, el flujo de información en el aula, o cualquier otro espacio educativo empleado, es mayor, ya que cada alumno tiene la oportunidad de buscar, localizar, asimilar y compartir la información y conocimientos que haya identificado sobre el tema que sea su objetivo, con sus demás compañeros. En dicho ambiente, la posibilidad de tener acceso a una mayor cantidad de conocimientos es alta, ya que cada alumno potencialmente contribuye con una carga informativa, que puede multiplicar el acervo intelectual que llega al espacio de aprendizaje, según sea al número de estudiantes. Los cambios mayores que enfrentan las instituciones educativas son, en consecuencia, otorgar mayor responsabilidad al alumno, para que se convierta en un jugador, un aprendedor grupal, un ser pro-activo con independencia y un estudiante para toda la vida. El facilitador o maestro tiene el desafío de trabajar al lado del alumno; guiando y administrando el proceso, la diversidad de intereses y los conceptos de la materia como si fuera un jefe de grupo.

4) Habilidades informativas y aprendizaje

Si la información es indispensable en modelos educativos orientados al aprendizaje, las bibliotecas, que son las dependencias que ofrecen mejor este servicio, se vuelven indispensables. Sin embargo en las universidades con modelos centrados en la enseñanza, las bibliotecas asumen un rol secundario, porque los procesos pedagógicos no generan demanda informativa. En cambio en los procesos orientados al aprendizaje, la propia naturaleza del modelo educativo requiere de servicios informativos, ya que están basados, como se señaló, en métodos de auto-estudio, auto-aprendizaje, investigación, experimentación, trabajo en equipo, realización de proyectos, solución de problemas, basado en evidencias u la organización de un servicio. Cualquiera de estos métodos de aprendizaje requiere de servicios de información de las bibliotecas académicas, ya que están fundamentados en el trabajo inquisitivo que opera gracias a la búsqueda, localización y uso de la información. En los países, principalmente anglosajones, como EUA, Reino Unido y Australia, secundados más tarde por México, IFLA y UNESCO (Lau, 2005, 2010), han definido normas sobre competencias informativas, para guiar los procesos educativos e inclusive para orientar las acreditaciones de las universidades. Dichas normas son estándares de competencias informativas para el aprendizaje que idealmente deben dominar los docentes universitarios y que se vuelven instrumentos aspiracionales a cumplir a nivel internacional, como es el caso de las universidades iberoamericanas. En los siguientes párrafos se describen sucintamente las principales normas para el desarrollo de habilidades informativas.

a) Normas DHI EUA
En una institución superior planeada y organizada, el perfil de egreso es claramente definido, porque es el producto y la misión ser de todo el quehacer universitario. Las tres funciones básicas universitarias de transmisión / facilitación, generación y difusión del conocimiento deben estar dirigidas a la formación de egresados con un claro perfil a alcanzar. Si las características de dicho perfil están identificadas para que respondan a las necesidades de la sociedad, las habilidades informativas serán parte del mismo. Los países anglosajones, líderes en sistemas educativos en occidente, han adoptado recientemente normas para el desarrollo de competencias informativas en los perfiles de los niveles superiores e inclusive en niveles anteriores de la educación. El esfuerzo más importante ha sido el de la Association of College and Research Libraries (ACRL) de Estados Unidos, quien publicó en 2000, Information Literacy Competency Standards for Higuer Education (ACRL, 2000), las cuales fueron adoptadas por la Asociación Americana para la Educación Superior, así como por los organismos acreditadores de Estados Unidos, entre ellos SACS, Southern Association of Colleges and Schools, que certifica a algunas instituciones mexicanas. Dichas directrices, que ACRL llama alfabetización informativa, tienen como objetivo describir las habilidades que deben desarrollar los estudiantes universitarios, donde se incluyen la capacidad para identificar, evaluar, recuperar, usar y comunicar medios informativos.

b) Otros modelos y normas DHI
Estos estándares sirvieron de base para las normas australianas, Information Literacy Standards (Council of Australian University Librarians, 2001), las cuales coinciden con las ACRL, con la diferencia de que añadieron dos competencias más, para especificar que la persona alfabetizada informativamente 1) clasifica, almacena, manipula y re-escribe la información compilada o generada; y 2) reconoce que el aprendizaje para toda la vida y la participación ciudadana requiere de alfabetización informativa. Los dos objetivos adicionales no son estrictamente necesarios porque ya conceptualmente están incluidos en las otras cinco, sin embargo complementan más específicamente el concepto de misión que debe tener el desarrollo de habilidades informativas (DHI). Las bibliotecas académicas del Reino Unido, por otro lado, generaron los estándares denominados “The Seven Pillars of Education”, donde describen los objetivos de las habilidades informativas a desarrollar por el sistema educativo británico (SCONUL, 2001). El contenido de dichas normas es similar a sus contrapartes anglosajonas, por lo tanto los estándares americanos, ingleses y australianos pueden abreviarse en cuatro grandes componentes, como son, que el egresado universitario tenga capacidad para: 1) Determinar la naturaleza y extensión de la información necesitada; 2) Acceder a la información requerida efectiva y eficientemente; 3) Usar efectivamente la información para lograr un propósito específico y: 4) Respetar los principios éticos y legales del acceso y uso de la información. En estos cuatro objetivos se cubren en forma general los cinco o siete estándares enunciados en los tres documentos mencionados. Sobre estos cuatro objetivos se desarrollan las estrategias de aprendizaje, que se incluyen en las secciones posteriores.

c) Normas DHI mexicanas
En el año 2002 se crearon las normas sobre habilidades informativas de la educación superior en el Tercer Encuentro DHI y fueron aprobadas por el Consejo Nacional para Asuntos Bibliotecarios de Instituciones de Educación Superior (CONPAB-IES). El documento integra ocho competencias con sus respectivos indicadores de desempeño, las cuales incluyen el ciclo informativo: comprender el ciclo de la información y el conocimiento de su disciplina; identificación de la necesidad informativa; localizar, recuperar, evaluar, usar la información, además de la capacidad de comunicar sus resultados del uso de la información y el respeto a la propiedad intelectual (Cortés; González; Lau, 2002). Estos estándares (Véase Cuadro 1) se usan en este estudio como la meta a alcanzar en el desarrollo de competencias informativas a lo largo del proceso de aprendizaje a nivel universitario, los cuales idealmente, también deben de tener los académicos, para realizar con éxito los procesos de aprendizaje en el aula, el laboratorio o cualquier espacio áulico, que señala el MEI de la Universidad Veracruzana.

d) Nuevos marcos conceptuales DHI
Las normas discutidas en los párrafos anteriores en el Reino Unido y EUA han servido para una nueva conceptualización del desarrollo de habilidades informacionales, que el Reino Unido, el modelo Seven Pillars (SCONUL, 2011) fue actualizado y ampliado para reflejar más claramente la terminología diferente y conceptos que se entienden actualmente sobre DHI. El modelo es presentado como un genérico “básico” para educación superior para lo cual una serie de “lentes”, que representan los diferentes grupos de aprendedores, a quienes pueden ser aplicados. En EUA se creó el Framework for Information Literacy for Higher Education (ACRL, 2015), el cual está organizado en seis marcos, consistiendo cada uno en un concepto central para el desarrollo de habilidades informacionales, un grupo de prácticas de conocimiento y un grupo de “disposiciones”. Los seis conceptos que sirven de ancla a los marcos son los siguientes, según el orden alfabético de la redacción en inglés:

a. Autoridad es construida y contextual
b. Creación de información como un proceso
c. Información tiene valor
d. Investigación como indagación
e. Erudición/academia como conversación
f. Búsqueda como exploración estratégica

El marco conceptual esta basado en un macollo de conceptos básicos interconectados con opciones de adopción flexibles más que un paquete de estándares o una lista enumerada de habilidades. El concepto esta basado a su vez en los llamados “treshold concepts” (Wiggins and McTighe, 2004), o conceptos umbrales que son pasajes o portales de un entendimiento ampliado o formas de pensar y de llevar a la práctica dentro de una disciplina. Como estos modelos existen otros como los de CILIP Information Literacy Model, A New Curriculum for Information Literacy Model (ANCIL), National Information Literacy Framework for Scotland, and similar one for Wales (CILIP, 2015). Estos nuevos modelos básicamente proponen una propuesta holística para desarrollar una cultura para el desarrollo DHI a nivel de instituciones educativas.

5) Oferta informativa

Los formatos informativos actualmente están en una metamorfosis donde la revista ya casi sólo se publica en formato electrónico y el libro se convierte en un objeto digital con el desarrollo y abaratamiento de los lectores electrónicos (e-Readers). En forma anticipada, los recursos web disponibles ya son omnipresentes a través de Internet respondiendo en buena medida las preguntas coloquiales de los estudiantes y profesores, como son domicilios referencias (Wikipedia), servicios y productos comerciales, y mapas. Por otro lado, la convergencia de los diferentes herramientas de redes sociales, como Facebook, Twitter, YouTube, LinkedIn y Flickr por mencionar algunos hace de Internet un lugar atractivo para los jóvenes. Sin embargo, esta masificiación de la información en medios electrónicos, presupone unas altas habilidades de búsqueda, evaluación y uso de información cualitativa para procesos de aprendizaje, que no siempre tienen las comunidades estudiantiles. En los siguientes párrafos se describen algunas de las oportunidades y retos de los medios transmisores de información.

a) Necesidad DHI
La necesidad del desarrollo de habilidades informativas en las comunidades académicas puede, quizá, ser cuestionada, señalando que actualmente los universitarios tienen a su disposición grandes cantidades de información, muchas tan lejanas como el teclado de una computadora enlazada a las super redes de cómputo. Sin embargo, esta observación es inválida ya que la abundancia de información y la dificultad para encontrar registros de calidad es una tarea difícil entre cúmulos y océanos de información, donde gran cantidad de fuentes son de contenido chatarra, es decir fuentes más de entretenimiento que educativo. La necesidad de habilidades DHI son un requerimiento, tanto cuando hay escasez como cuando hay exceso de datos. La proliferación de millones de sitios web en Internet hace que cualquier búsqueda sea como entrar a una selva de datos, con múltiples distracciones de color, sonido e imagen.

b) Convergencia del placer
Navegar por la red, significa enfrentar los más sofisticados, cautivantes y atractivos diseños gráficos y visuales que buscan cazar al individuo a través de incitar o provocar sus necesidades físicas y emocionales más comunes, tales como el placer del sexo. Ahora bien, cuando el usuario logra esquivar las tentaciones de la red; sin discutir si estas son buenas, malas o normales; dicho usuario puede llegar al sitio elegido, sin que necesariamente contenga la información deseada. Internet por ser un sitio público requiere de un pago y este es el de enfrentar la publicidad y el usufructo de los patrocinadores de la mayoría de los portales. Se calcula que buena parte de los sitios está destinado a proveer información chatarra. Quizá para algunos lectores experimentados, maduros y objetivos esto no sea gran problema, pero para la mayoría de los estudiantes noveles, para quienes buscar una pieza informativa de calidad es como buscar una biblioteca por una calle de Las Vegas, donde muchos no lograrán llegar en el tiempo que desean y otros quizá no lleguen nunca a su destino, por la seducción de las luces de neón y el entretenimiento “gratuito” que ofrece Internet (Lau, 2013).

c) Fuentes arbitradas/editadas
Los servicios informativos comerciales también tienen sus retos, aunque en menor medida que Internet. Los paquetes de información electrónica a que se suscriben las bibliotecas tienen también al menos dos grandes retos: la calidad y la cantidad de información que contienen. Los paquetes de publicaciones de la mayoría de los proveedores contienen una gran cantidad de títulos irrelevantes, es el caso de revistas, que giran en la periferia del saber científico. Buscar un artículo significa tener un cernidor apropiado para dejar de lado la información cuasi-científica, orientada a negocios o de sólo relevancia popular. Aunque los paquetes de información electrónica varían en calidad, es posible aseverar que cuando menos el 60% de los títulos son revistas de divulgación, que sólo han sido añadidas para hacer los contratos más atractivos a las bibliotecas académicas. Suscribirse a paquetes que sólo tengan títulos de calidad, ya que también existen, es costoso para la mayoría de las bibliotecas, especialmente en las universidades mexicanas, como la Universidad Veracruzana, que se caracterizan por ofrecer un abanico de programas de estudios en casi todas las disciplinas científicas, lo cual vuelve imposible tener suscripciones de títulos buenos para cada rama del saber. Las bases de datos referenciales presentan los mismos retos para el usuario universitario, aunque con otras modalidades, estas contienen igualmente gran cantidad de registros que requieren filtrarse o bien, cuando se encuentra la referencia apropiada, hay que solicitar el documento, algo que el usuario actual no desea esperar. Sus búsquedas informativas son normalmente para el día anterior al que se vence la tarea, algo que impide que pueda tener dicha información de calidad. De nuevo, hay bases de texto completo, pero una biblioteca no puede tener acceso a todas las que requiere, aún cuando cuente con un presupuesto generoso por parte de la universidad.

d) Medios masivos de comunicación
Los medios masivos como los periódicos y la televisión ofrecen otros desafíos de los cuales muchas veces no está consciente el usuario novicio. Muchos medios presentan aseveraciones diarias con formatos que parecen de sólida cimentación científica. Es típico que, por ejemplo, los periódicos presenten datos obtenidos en encuestas sin gran validez metodológica u ofrezcan ensayos con apariencia científica; o conductores de programas televisivos presentando información seudo-científica. Generalmente, a lo largo de la vida del estudiante, especialmente hasta la formación media, las notas periodísticas y televisivas se convierten en sus fuentes información principales, las cuales cuesta trabajo cambiar a nivel universidad, cuando tienen que realizar un ensayo de fin de curso, por no mencionar procesos más complicados como la elaboración de una tesis.

e) Retos del estudiante
Los alumnos enfrentan, en pocas palabras, grandes torrentes informativos sin filtro de calidad, que presentan retos de autenticidad, validez y confiabilidad. Adicionalmente, los caudales informativos llegan en atractivos formatos, incluyendo gráficos, audio y combinación de texto y otros medios de tipo electrónico, representando retos para que los individuos evalúen con objetividad el contenido. En pocas palabras, como lo señalan las antiguas directrices ACRL (2000), la increíble abundancia de información no crea por sí misma habilidades informativas en la sociedad, Las competencias informativas son necesarias para todas las disciplinas del conocimiento, para todo tipo de ambientes de aprendizaje y para todos los niveles educativos. Esta tarea de fomento del uso de la información descansa en el quehacer del facilitador del conocimiento: el maestro, el cual debe tener las competencias informacionales adecuadas, y se convierta en el promotor de la apropiación del conocimiento que se registra y acumula a través de los medios informativos.

6) Desarrollo de habilidades / competencias informativas

Las habilidades informativas son competencias que se desarrollan con la sinergia de otras habilidades como son las del idioma, la redacción, las tecnológicas y las de investigación. Es conveniente tener claro, cual es la relación que tienen estas competencias y su interdependencia con unas y otras. Las habilidades del idioma, que tienen como función el dominio de a) la gramática, el uso correcto del lenguaje, y b) la redacción o capacidad de comunicarse por escrito; son indispensables para tener buenas c) habilidades de investigación o manejar con éxito las d) habilidades tecnológicas o uso adecuado de equipos y programas de cómputo. Las competencias informativas se construyen sobre las habilidades del idioma y las tecnológicas, pero los saberes informativos sirven de base, a su vez, a las de investigación. En esto vale la pena distinguir entre habilidades de cómputo y lo que debe llamarse habilidades tecnológicas. Las primeras son el dominio del uso de equipo y manejo de paquetería computacional, las segundas, por otro lado, comprenden la aplicación de dichos elementos con el pensamiento crítico a procesos de aprendizaje, teniendo claro cuándo y cómo deben utilizarse en los procesos intelectuales. La diferencia de las habilidades informativas y las de investigación es, por otro lado, que las primeras son el preludio para identificar, localizar, acceder y recuperar información; mientras que las segundas comprenden estadios intelectuales subsecuentes, que consisten en dominar el proceso de la generación del conocimiento, donde se debe tener habilidad para definir un problema, plantearse una hipótesis, identificar y aplicar técnicas de investigación, así como codificar e interpretar los resultados de dichas técnicas, para obtener conclusiones en torno a la hipótesis. Las habilidades informativas están enfocadas a la llamada búsqueda documental y las segundas, las de investigación, ya están enfocadas al desarrollo del formal de dicho proceso.

a) Desarrollo DHI
Las habilidades informativas y el resto de la constelación de competencias, logran desarrollarse completamente, cuando los docentes del resto de las materias del currículo hacen uso de dichas habilidades, solicitando a los alumnos ponerlas en práctica. Los cursos DHI son cimientos sobre los cuales se requiere que el docente finque el desarrollo completo de las habilidades. Es a través del uso de tales habilidades como se construye el proceso de aprendizaje integral. Los facilitadores de otras materias, como las matemáticas o la historia; administran con mayor o menor sus contenidos curriculares, sólo si las competencias del idioma, las informativas, las tecnológicas y las de investigación están desarrolladas adecuadamente en el aprendedor. Sin embargo, los profesores de otros cursos, dentro de la espiral del conocimiento de un programa de estudios, tienen la responsabilidad de que los alumnos aumenten las multicitadas competencias. El éxito del aprendizaje, con todos sus elementos, se da gracias a la integración holística de las habilidades, conocimientos y valores que el alumno tiene como meta en cada materia que finca el perfil de egreso.

b) Formación – Lagunas
El reto de los alumnos que ingresan en los niveles superiores, incluyendo posgrado, es que tienen con frecuencia lagunas en las diversas habilidades que deben tener. En forma similar las competencias del idioma pueden dividirse en dos, las gramaticales y las de sintaxis / redacción; ambos conocimientos los debe adquirir el alumno, cuando menos conceptualmente, en los niveles de primaria y nivel medio de su educación. Las habilidades tecnológicas deben también, por otro lado, iniciar su desarrollo en los niveles educativos previos, sin embargo en las universidades públicas, los aprendedores las generan en este nivel, porque las instituciones básicas y medias, carecen todavía de la estructura para facilitarlas, lo cual no representa un problema, ya que el uso de computadora y su paquetería tiene una gran aceptación en los educandos en cualquier etapa de aprendizaje. Las lagunas formativas, en mención, generan que en las universidades se tenga el reto de fortalecer o desarrollar todas las habilidades y con frecuencia se desee hacerlo en una sola materia, lo cual es difícil, ya que cada competencia requiere de estrategias diferentes, para aprenderlas. Se necesitan cursos independientes, que se enfoquen exclusivamente al desarrollo del idioma, la investigación y las capacidades de manejo de tecnología; de lo contrario se corre el riesgo de perder efectividad en el logro de objetivos DHI, y como se mencionó de un modelo educativo que teja el desarrollo de competencias a lo largo de todo el currículo.

c) Bibliotecas de nivel medio
En México, por ejemplo, la abundancia de información a la que está expuesto el alumno tiene un reto adicional, los millares de preparatorianos, que se inscriben para realizar estudios superiores a lo largo del país, repitiendo, inician sus estudios con una formación limitada en materia de uso de recursos informativos. Estos alumnos de nuevo ingreso son el producto de esquemas educativos, tanto a nivel primario, secundario y medio superior; que están orientados a la enseñanza, donde sus docentes son maestros que centran su clase en lo que ellos saben y raras veces en lo que los alumnos pueden aprender por si mismos, mediante el uso de recursos y servicios informativos. Por otro lado, si el estudiante desea por motu propio usar la biblioteca debe contar con paciencia y perseverancia para obtener los materiales. La típica situación en niveles educativos es que la oferta bibliotecaria es limitada y con poca actualidad en sus acervos y atención. La mayoría de los centros carecen de bibliotecas adecuadas. Sus centros informativos son generalmente un aula con estantería improvisada, que se llena, anaquel por anaquel, con libros donados, de contenidos poco relevantes a las materias que integran el currículo. Los responsables de los servicios informativos son usualmente personas con escasa preparación académica y casi nula preparación bibliotecaria, que fueron enviado(a)s a estos puestos como premio o castigo. Aunado a lo anterior, es común todavía que los libros que predominan en las colecciones, se cuiden como activo fijo, ubicadas detrás de un mostrador y en otras, inclusive, resguardadas con paredes de cristal o herrería. Una infraestructura de este tipo poco ayuda en el desarrollo de habilidades informativas en los distintos procesos de aprendizaje del educando medio.

d) Demanda informativa de estudiantes
En esta forma, se crea un círculo vicioso, reportado como letanía en la literatura bibliotecológica, que describe la baja demanda de servicios informativos por parte de estas comunidades escolares y una pobre oferta de servicios bibliotecarios, que interactúan como causa-efecto y efecto-causa. El resultado es un proceso educativo trunco que genera egresados de preparatorias o bachilleratos con escasas habilidades de aprendizaje, como dominio pobre del idioma oral y escrito y carecen de habilidades de lectura, que en resumen hacen que su capacidad inquisitiva duerma a lo largo de todos estos periodos. Los preparatorianos se convierten en jóvenes dependientes de lo que el maestro dice, disponga y ordene. Por lo tanto cuando ingresan a la universidad llegan dispuestos a sentarse, para escuchar plácidamente al profesor, adoptando la actitud pasiva que antes desarrollaron. Es lógico concluir que las universidades que ahora intentan enfocar sus procesos educativos hacia el auto-estudio y el aprendizaje de toda la vida, requieren ofrecer programas especiales DHI a los egresados de bachillerato, para desarrollar sus capacidades innatas de pensar y aprender, que invernaron durante los años escolares de nivel básico.

e) Concepto de biblioteca
Las bibliotecas, con los diversos nombres que asumen, equivalen a la memoria del ser humano, que provee los registros del conocimiento necesarios para los procesos pedagógicos. Estos centros son los repositorios del conocimiento y son o deben ser la puerta de entrada a las grandes redes de cómputo y sus acumulaciones informativas a lo largo de la geografía intelectual del planeta. Las bibliotecas, también, especialmente las académicas, deben ser o son un macro repertorio informativo de calidad, a diferencia de los cúmulos informativos gratuitos que ofrece Internet, los cuales son semejantes, en calidad, al discurso coloquial de los humanos. Las bibliotecas universitarias tienen la misión de ser un microcosmos universitario porque ofrecen la mayoría de las funciones y espacios que caracterizan a las instituciones educativas. Las bibliotecas cuentan con territorios (aulas, cubículos) para el estudio; proveen, como ya se citó, insumos para el conocimiento (libros, revistas e información web) en sus diversos formatos para el aprendizaje; ofrecen asesores para la localización y uso de la información (referencistas, asesores) y cuentan con espacios abiertos para la socialización educativa de los estudiantes (áreas de estudio). Las bibliotecas, así mismo, son todavía más importantes en los programas de educación a distancia, ya que el aprendedor requiere de la consulta remota a los acervos del conocimiento desde el lugar donde se encuentre, como también necesita de los múltiples espacios y servicios que la biblioteca tiene, para su proceso de auto aprendizaje.

7) Académicos dedicados a la docencia

Los profesores universitarios son los actores más importantes en la facilitación y administración de los procesos de aprendizaje. Su formación, sus conocimientos, habilidades y valores son determinantes para el buen éxito de la educación superior. Los académicos que se dedican a la docencia, sin embargo, no siempre tuvieron las oportunidades necesarias para una formación integral docente y con frecuencia en sus instituciones carecen del ambiente y gestión pedagógica institucional para fortalecer aquellas competencias que requiere la formación de graduados holísticos, especialmente en el manejo cualitativo de la información, insumo indispensable en la transmisión, construcción y difusión del conocimiento.

a) Profesionales del aula
El docente, el cual recibe diferentes denominaciones, con contenidos semánticos obviamente diferentes, según sus discípulos o el lugar donde desarrolle su función, es nombrado en esta ponencia con varios términos en forma indistinta y como sinónimos, como académico (docentes e investigadores), profesor, investigador, maestro, o facilitador. Este personaje, con el cual los bibliotecarios deben aliarse, es el coordinador principal de los procesos académicos que desarrollan las universidades, sin embargo no siempre tiene la preponderancia y la participación adecuada en los esquemas de organización institucional, cuando la educación esta orientada a la enseñanza. Afortunadamente, los modelos centrados en el aprendizaje están generando un cambio en el peso que debe tener el maestro en la universidad, cuando menos en el aula (Universidad Veracruzana, 2015). El nuevo rol del profesor como facilitador del aprendizaje le ofrece funciones multi-facéticas de tipo holístico (más allá de ser simple transmisor de conocimientos) como gestor del aprendizaje, el cual debe planear sus procesos, debe crear los mecanismos para evaluar las tareas académicas, así como promover el trabajo cooperativo del aula con una supervisión de auto-trabajo en los alumnos, en los equipo que estos formen y debe tener los medios adecuados para evaluar un aprendizaje integral que vaya más allá del examen o un solo trabajo final. El nuevo docente debe dejar el rol de llenar tanques (mentes) de conocimiento, debe eliminar los esquemas de producción en masa para buscar una combinación entre trabajo de asesoría individual y la grupal, permitiendo el desarrollo de la responsabilidad individual dentro de la interacción social de equipo a través de medios de evaluación que permitan el crecimiento del yo personal como el yo social de los aprendedores (Lau, 2002).

b) Separación docente-investigador
La importancia del docente, reiterando el concepto ya vertido, es necesario mencionar que si se compararan los recursos que destinan las universidades mexicanas a la investigación y la extensión, la función docente es la más importante entre estas tres funciones básicas. En general, las actividades de generación de conocimientos son bajas, excluyendo el trabajo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y de un puñado de otras mega universidades del país, dentro de las cuales esta la Universidad Veracruzana, donde se desarrolla y se ubica la mayoría de los investigadores SNI (Lau, 2003). En el resto, la función de investigación es baja y aunque una universidad se jacte de apoyar integralmente sus tres funciones, las de investigación y de extensión están subyugadas a la docencia, porque la formación de cuadros profesionales es la razón de ser de toda casa de estudios (Didriksson 2003). En otras palabras, el académico que investiga o realiza extensión debe efectuar dichas tareas para formar profesionales universitarios.

c) Retos de profesores
Estos profesionales, los docentes, son generalmente expertos en una disciplina o cuando menos debe dominar la materia principal que imparten, sin embargo, frecuentemente adolecen de formación pedagógica, la cual adquieren a través de la práctica, a diferencia del maestro normalista que trabaja en la educación primaria o secundaria. Las limitadas habilidades pedagógicas, la poca actividad de investigación, más otra larga lista de factores formativos, hacen que el maestro tenga poca relación con la biblioteca, la cual, por otro lado, normalmente evoluciona en forma aislada de tan importante usuario. A veces las instituciones de educación superior parecen tener tres caminos paralelos que no se unen en su destino, por donde transitan separadamente los bibliotecólogos, los docentes y los administradores universitarios con sus apretadas agendas, a pesar de tener un mismo objetivo: formar los profesionales competentes que requiere la sociedad.

d) Gestión académica institucional
Los docentes requieren del apoyo institucional para cambiar sus métodos didácticos para la construcción de conocimientos significativos en sus alumnos, lo que significaría rescatar la formación superior del marasmo educativo del siglo anterior. Uno de los varios apoyos docentes requeridos es facilitarles el desarrollo de competencias informativas. La construcción de aprendizajes se realiza con un adecuado uso de la información, habilidad que los docentes pueden desarrollar mediante un programa que les facilite las habilidades de exploración, acceso, recuperación, análisis y uso de tal recurso. Un entrenamiento de este tipo, en universidades que cuentan con un modelo orientado al aprendizaje, permite a los maestros desarrollar potencialmente las competencias necesarias para administrar efectivamente los procesos de aprendizaje en los distintos espacios áulicos (Universidad Veracruzana, 2015).

8) Justificación del estudio

El proyecto de investigación DECIA – Demanda y competencias informativas de académicos permite conocer las competencias informacionales básicas que tienen los docentes y el tipo de demanda de fuentes contratadas por la universidad y las de uso libre disponibles a través de Internet. Igualmente, el estudio permite asumir qué papel juega el maestro como promotor del uso de la información en el aula a través de la solicitud de ensayos, los cuales tienen, como se señaló, la característica de englobar todas las competencias que el MEIF, en el caso de la Veracruzana, señala como básicas para el egresado de la institución. Para lograr las competencias informativas que requieren los aprendedores de modelos educativos de tipo conductual-cognoscitivo es necesario utilizar estrategias que permitan desarrollar habilidades, ya discutidas, para la identificación, localización, recuperación, análisis, asimilación y uso de la información; para la construcción, generación y comunicación de los propios conceptos basados en tales elementos informativos. En esquemas constructivistas, los procesos se basan idealmente en la construcción de conocimientos por parte de el alumno, desarrollando habilidades para el aprendizaje de toda la vida, una habilidad que requieren los profesionistas para adaptarse al vertiginoso cambio científico y tecnológico, así como a la transformación constante de tipo económico, político y social de la sociedad actual. La información como medio transportador del conocimiento juega un papel vital en el auto-aprendizaje, por lo tanto las habilidades informativas son necesarias para que el aprendedor, estudiante o alumno, según el rol que juegue en el proceso educativo, las desarrolle durante su estancia en las instituciones educativas.

Las estrategias de aprendizaje DHI a nivel universitario deben estar enfocadas a lograr que el aprendedor desarrolle capacidad para identificar su necesidad informativa, distinguir tipos y formatos informativos, seleccionar y evaluar los mismos, así como capacidad para usar y construir nuevos conceptos basados en la información, aplicando el estilo y los valores que de su disciplina. El fomento del desarrollo de dichas habilidades es una función que corresponde desempeñar los expertos de la información: los bibliotecarios, pero la tarea final DHI es una función que deben asumir los académicos, para formar un profesional competente que pueda asumir un rol de liderazgo cognitivo en la nueva sociedad del conocimiento, que priva en las regiones más desarrolladas socio-económicamente del planeta.